Guía de la isla de Porto Santo |
Porto Santo es una de las islas más hermosas de Europa. Está situada a 50 Km. del extremo noreste de la isla de Madeira, es la más pequeña de las dos islas habitadas del archipiélago de Madeira y es conocida con el apodo de “la Isla dorada” por su larga extensión de arena y el tono ocre de su tierra. Una hermosa playa de 9 Km. de arena fina, sedosa y dorada bañada por un océano azul turquesa domina esta isla de 11 Km. de largo por 6 Km. de ancho, cuyas playas atraen a un mayor número de visitantes cada año, aumentando así su encanto como destino vacacional. El clima de Porto Santo contribuye también a ello. Gracias a su clima templado a lo largo de todo el año y con una temperatura del agua que oscila entre los 17º y los 22º C, Porto Santo nunca pierde su atractivo. La isla de Porto Santo, el primer descubrimiento portugués en el extranjero, fue descubierta oficialmente en 1418 por los marineros portugueses João Gonçalves Zarco y Tristão Vaz Teixeira, y fue rápidamente colonizada. Desviados por el viento de su ruta hacia la costa occidental de África, la isla de Porto Santo les brindó un puerto seguro, y que dio origen a su nombre “Puerto Santo”. En 1446, Enrique el Navegante nombró gobernador de la isla a Bartolomeu Perestrelo, lo que supuso una cierta fama histórica para la isla ya que la hija de Perestrelo se casó con Cristóbal Colón, el cual residió en la isla un breve período de tiempo. La historia no ha sido benevolente con Porto Santo: sometida a frecuentes asaltos de piratas franceses, marroquíes, ingleses, turcos y argelinos, sus habitantes fueron saqueados y expoliados sin piedad a lo largo de los siglos, incapaces a veces de buscar refugio en las montañas del norte y del este. La falta de lluvia y los largos períodos de sequía castigaron también a los isleños mermando su agricultura y obligándoles a emigrar. La vegetación es escasa y la poca agricultura que existe se concentra en la parte central y sur de la isla, aunque en el norte existen algunas pequeñas zonas boscosas. El paisaje de la costa norte de la isla es completamente distinto al de la costa sur. Las montañas escarpadas con caídas verticales al mar contrastan enormemente con las llanas extensiones de las playas en el sur, aunque también ofrecen vistas impresionantes e interesantes ejemplos de formaciones volcánicas. Porto Santo es una isla de una calma y tranquilidad incomparables donde podrá disfrutar de unas relajantes vacaciones al lado del mar sin el gentío y el ajetreo de otros centros turísticos europeos. Aunque los meses de verano ven un aumento de la entrada de turistas, con el consiguiente incremento de la oferta de actividades de ocio, aquí siempre hallará un lugar solitario en la playa sin necesidad de pelearse por un metro cuadrado de arena en el que poner su toalla. |